¿Qué tienen en común éstos tres seres? pues que son los que dicen si tu bola ha entrado en el campo de juego o ha salido fuera. Te explico un poco verás.
Tradicionalmente el juez árbitro, ayudado por sus jueces de línea, ha sido siempre quién tenía la última palabra a cerca de si una pelota había entrado o no. Y sigue siendo así en muchos campeonatos de baja categoría.
OJO DE HALCÓN – (HAWK-EYE)
Hará unos años una empresa de origen británico creó un programa informático para facilitar la tarea de decidir sí una pelota ha entrado o no. Dicho programa llamado “Ojo de Halcón” ayudado por 10 sensores en pista, te calcula la trayectoria de la pelota y te da un pronóstico de dónde a botado la pelota, con un margen de error de 2-3 milímetros. Emitiendo una imagen en 3D, que es un dibujo en el cual se aprecia la línea de la pista y el lugar donde supuestamente ha botado la pelota. Recalco mucho las palabras pronóstico, supuestamente, etc., porque en realidad son cálculos matemáticos, muy exactos, pero al fin y al cabo no te muestran la realidad. La verdad sea dicha es que es muy exacto. Aunque si te pones a pensar; una ráfaga de viento de última hora te puede variar un poco el lugar de aterrizaje de la pelota en la pista. Pero buen insisto en que el margen de error es mínimo. Éste sistema lo ha implantado tanto la ATP en los hombres desde el 2006, cómo la WTA en las mujeres para todos sus campeonatos, cómo una ayuda imprescindible para los jueces árbitros. Es un claro ejemplo de la modernidad y de lo que la ciencia puede hacer por el mundo del tenis.
La petición del ojo de halcón por un jugador que tenga dudas sobre lo que ha cantado el juez de línea se debe pedir recién terminado el punto, si tarda un poco en pedirlo el juez árbitro puede rechazar su petición, e igualmente la puede rechazar si cree que el canto de su juez de línea ha sido correcto. El jugador puede pedirlo 3 veces en cada set, y si tiene razón en alguno de ellos, ese no le cuenta para sus 3 intentos de revisión que tiene en dicho set. Si se juega el tie-break se concede una consulta más.
EL ZORRO – (FOXTEEN)
No hará más de tres años o cuatro otra empresa, española, creó otro programa en el que se resuelve la misma incógnita de si la pelota entró o no, pero en éste caso lo hacen con fotos. El sistema se llama “El Zorro”. Colocan en la pista muchas cámaras de fotos (40 de alta velocidad) que disparan entre todas miles de fotos por segundo (2.500), de forma que captan la imagen real de la pelota botando en el suelo y te la muestran para que el árbitro decida si la pelota entró o no. Ojo aquí no hay cálculos y pronósticos de donde va a botar la pelota, aquí lo que tenemos es la foto de la pelota botando, real como la vida misma, aquí no queda ya duda. Éste sistema se ha utilizado ya en algunos campeonatos de la ATP, pero no termina de estandarizarse su uso en todos ellos, no logran desbancar al Ojo de Halcón, supongo que es porque será más cara su implantación en el circuito, la verdad es que lo desconozco.
En las pistas de tierra cómo sabéis no se utiliza nada de esto porque no hace falta. Cuando una pelota bota en éste tipo de pista, su bote se queda marcado en la arena. Cómo la pelota es esférica, su huella es la de un círculo. Si el círculo se marca de forma perfecta, redonda, es que la pelota ha votado fuera, si a dicha huella le falta un trocito en alguna esquinita, aunque sea poco, es que ha pisado por ahí la línea y por tanto la pelota es buena.
A veces veis que un jugador pisa con el pie la huella de la pelota, cómo para borrarla. Esto lo hace cuando ha sido buena y él la da por buena. Con idea de que en un futuro punto, con la misma discusión y sobre la misma zona de la pista, no salga el jugador contrario diciendo que el bote de la pelota es el de la otra vez, que fue bueno. Por eso el jugador la pisa y la borra, para evitar la picaresca del contrario. La que sale fuera no la borra porque para qué. Si el contrario dice que es esa, peor para él porque se ve claramente que es fuera y pierde el punto.
Bueno esto es todo por hoy, espero que os haya gustado.
¡Nos vemos por las pistas!